Por: Gelmis López
Las transfusiones de sangre y sus productos ayudan a salvar vidas y son capaces de mejorar la salud de los demás. Las personas que sufren enfermedades como la talasemia, el cáncer o las anemias pueden necesitar transfusiones de sangre debido a que su organismo no es capaz de reponer la sangre necesaria para vivir. Asimismo, tienen una función vital en la atención a mujeres con complicaciones en el parto, en respuesta a emergencia a los desastres naturales, pacientes de intervenciones quirúrgicas complicadas o personas que, a causa de accidentes, han perdido una gran cantidad de sangre.
La sangre humana no se compra, ni se fabrica. La única forma de obtenerla es través de la donación, ya que no existe ningún producto capaz de sustituirla completamente.
La sangre posee los siguientes componentes:
- Glóbulos rojos: transportan el oxígeno y ayudan a eliminar los desechos.
- Glóbulos blancos: ayudan al organismo a combatir infecciones.
- Plasma: parte líquida de la sangre, sirve para transportar células, nutrientes y otros elementos del sistema inmunológico.
- Plaquetas: permiten la adecuada coagulación de la sangre.
En honor al nacimiento de Karl Landsteiner, un científico pionero en el descubrimiento de los grupos sanguíneos, el 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados y concientizar de la necesidad de hacer donaciones regulares para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus productos.
La donación de sangre se trata de un acto sencillo, rápido, prácticamente indoloro y seguro.
Requisitos básicos del donante de sangre:
- Ser mayor de edad (de 18 a 65 años).
- Estar sano físicamente.
- Con un peso mínimo de 50 kilos.
- No haber sufrido enfermedades infecciosas (VIH-Sida, Sífilis, Hepatitis, Paludismo, entre otras).
- No ser consumidor de drogas.
- No debe estar ingiriendo antibióticos, ni determinados medicamentos.
- Con tensión arterial normal.
- Sin tatuajes o piercings recientes (4 meses previos).
- No haber sido sometido a un trasplante.
- No haber recibido transfusiones de sangre.
- No es recomendable que las mujeres embarazadas sean donadoras, ya que la sangre es el medio de alimentación y oxigenación del feto.
- No haber sido sometido a intervenciones quirúrgicas o endoscopias recientes (4 meses previos).
Los servicios de sangre que permiten a los pacientes acceder a sangre y productos sanguíneos seguros en cantidades suficientes son un componente clave de los sistemas de salud eficaces. Solo se puede asegurar un suministro suficiente mediante donaciones regulares voluntarias y no remuneradas. No obstante, en muchos países los servicios de sangre siguen teniendo problemas para ofrecer sangre suficiente y garantizar su calidad y seguridad.
¡Muchas gracias, donantes de sangre por su generosidad a mejorar la calidad de vida de muchas personas!