Por: Gelmis López

El autismo forma parte de los llamados trastornos generalizados, es de origen neurobiológico que afecta la configuración del sistema nervioso y el funcionamiento cerebral. Según la OMS, se caracteriza por distintos grados de dificultad en la interacción social y la comunicación.

Desde pequeños los niños con autismo no responden a los gestos y miradas de la gente a su alrededor, no buscan el contacto con otras personas, prefieren jugar en solitario.

Las capacidades y las necesidades de las personas con autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo; se presentan patrones atípicos de actividad y comportamiento; por ejemplo, dificultad para cambiar de una actividad a otra, prestar atención a los detalles y reacciones a las sensaciones, algunas personas con TEA podrían tener destrezas de conversación avanzadas, mientras que otras podrían no expresarse verbalmente, frecuentemente no tienen un lenguaje inteligible o repiten las palabras que oyen (ecolalia), alteran el orden de las palabras o las usan con significados particulares para ellos, algunos podrían necesitar mucha ayuda en su vida diaria, mientras que otras pueden trabajar y vivir con poca ayuda o nada de ayuda.

Las características del autismo pueden detectarse en la primera infancia, pero, a menudo, el autismo no se diagnostica hasta mucho más tarde. Es común que, las personas con autismo, tengan enfermedades comórbidas, es decir, padecimientos adicionales como epilepsia, depresión o ansiedad, también es frecuente el trastorno de déficit de atención e hiperactividad; relacionado con comportamientos problemáticos, dificultad para dormir y autolesiones.

Epidemiología

Se calcula que, en todo el mundo, uno de cada 100 niños tiene autismo. La prevalencia del TEA en muchos países de ingresos bajos y medianos es hasta ahora desconocida.

Síntomas más comunes:

  • Falta de contacto con el entorno
  • Movimientos corporales estereotipados
  • Anomalías en la emisión, forma y contenido del lenguaje
  • Marcada anormalidad en la comunicación no verbal
  • Insistencia irracional en el seguimiento de rutinas

Causas

La evidencia científica atribuye su existencia a múltiples factores, principalmente genéticos y ambientales. Los TEA se presentan en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos. Son más de 4 veces más comunes en los niños que en las niñas.

Diagnóstico

Diagnosticar los TEA puede ser difícil debido a que no existe una prueba médica, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para dar un diagnóstico, los médicos evalúan la conducta y el desarrollo. Algunas personas no reciben un diagnóstico hasta que son adolescentes o adultas. Este retraso significa que hay personas con TEA que podrían no recibir la ayuda temprana que necesitan.

Tratamiento

Los tratamientos actuales para los TEA buscan reducir los síntomas que interfieren con el funcionamiento diario y la calidad de vida. Los TEA afectan a cada individuo de distintas formas y esto significa que las personas con TEA tienen fortalezas y desafíos únicos, y a su vez distintas necesidades de tratamiento.Múltiples profesionales participan en los planes de tratamiento y estos se adaptan a cada persona, siendo los más comunes el tratamiento conductual, programas educativos y psicoterapia. A veces, es necesario el uso de medicación para tratar síntomas psiquiátricos que pueden aparecer, como antidepresivos para reducir los comportamientos repetitivos; y antipsicóticos para mejorar la interacción social.

En el año 2007 la Asamblea General de Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo para informar a la ciudadanía sobre esta condición y construir una sociedad más inclusiva. Diecisiete años después, ya no se trata solo de concienciar a la opinión pública, sino de promover la aceptación y el aprecio de las personas autistas y de su contribución a la sociedad.